Travieso, maleducado, torpe, vago... Estos son algunos de los estigmas con los que lidian a diario los menores con Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH). Este es uno de los trastornos que más se diagnostican en la infancia y, aún así, uno de los más invisibilizados. Encuadrado dentro de los trastornos neurológicos, afecta al desarrollo de la parte neurofrontal del cerebro y lo padecen entre un 5% y un 7% de los niños y adolescentes, aunque solo en el 10% de los casos se diagnostica correctamente.
Desde hace 5 años, celebramos el 27 de octubre el día nacional del TDAH. Este año, lo haremos con la necesidad de visibilizar y normalizar que el TDAH es para toda la vida.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños. Incluye una combinación de problemas persistentes, como la dificultad para mantener la atención, la hiperactividad y el comportamiento impulsivo.
Las personas con TDAH también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones problemáticas y el bajo rendimiento escolar. Aunque el TDAH no tiene cura, se puede controlar eficazmente y algunos síntomas suelen mejorar a medida que el niño va creciendo.
El componente socioemocional del trastorno es el aspecto más debilitante para muchos niños, adolescentes y adultos, y puede tener un impacto negativo en la autoestima y conducir al abandono escolar prematuro.
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es una afección crónica que afecta a millones de niños. Incluye una combinación de problemas persistentes, como la dificultad para mantener la atención, la hiperactividad y el comportamiento impulsivo.
Las personas con TDAH también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones problemáticas y el bajo rendimiento escolar. Aunque el TDAH no tiene cura, se puede controlar eficazmente y algunos síntomas suelen mejorar a medida que el niño va creciendo.
El componente socioemocional del trastorno es el aspecto más debilitante para muchos niños, adolescentes y adultos, y puede tener un impacto negativo en la autoestima y conducir al abandono escolar prematuro.