Toda convivencia supone conflicto en cuanto que se rozan intereses diversos o necesidades contrapuestas. Un planteamiento democrático de la regulación de la convivencia supone intervenir ante este conflicto, analizar sus causas, tomar medidas que defiendan a las víctimas (o a sus intereses) y determinar acciones que prevengan conflictos futuros.
Así, el conflicto es entendido como ineludible pero también como una palanca de transformación social y ciudadana.
Desde esta perspectiva, y dentro del desolado y desilusionante paisaje moral que nos rodea, hemos visto necesario plantarnos y plantear un presente algo más justo, coherente, esperanzador y hospitalario.
Siempre ha resultado complicado programar a largo plazo, aún más ahora, en el marco de una cultura cada vez más regida por la creencia en lo inmediato y en los resultados cuantificables, por las nimias ocurrencias de los gurús pedagógicos de turno, por el secuestro tecnocrático de la educación. Pero la apuesta a largo plazo, la única que (desde nuestro punto de vista) produce cambios sustanciales, se constituye en la única hipótesis factible de trabajo con la que bregar cada día.
En el año 2010, con el cambio en la normativa1, se posibilitó la reorganización de los órganos de coordinación docente. Desde hacía varios cursos, en nuestro centro se trabajaba la convivencia desde varias perspectivas (alumnado ayudante, programa de tránsito, tutorías compartidas, actividades complementarias y extraescolares, etc) y proyectábamos la necesidad de crear nuevos mecanismos para su mejora a causa de un aumento considerable de la conflictividad, sobre todo, en los cursos más bajos de la ESO. Como objetivos inmediatos teníamos la creación del aula de convivencia, la formación del alumnado mediador, establecer la Asamblea de representantes del alumnado y desarrollar otras ideas que empezábamos a esbozar.
Además del aumento de problemas disciplinarios y de convivencia, estábamos detectando que, a pesar de los esfuerzos realizados durante muchos años, las tasas de abandono escolar temprano seguían siendo preocupantes (centradas sobre todo en 2º de ESO) y las relaciones entre chicos y chicas continuaban rigiéndose (en muchos casos) por patrones donde el varón tenía un papel predominante (y dominante).
Por otra parte, desde el punto de vista organizativo, el centro no contaba (ni cuenta) con un departamento de orientación estable (la jefatura cambia cada curso) por lo que resultaba necesaria la especialización de una persona que diese continuidad al trabajo realizado, coordinase las distintas actividades y personas, organizase el Aula de convivencia y centralizase la información para transmitírsela al profesorado.
El departamento de convivencia surge, por tanto, de una concepción democrática y participativa de la educación, de una necesidad organizativa2, de una realidad social concreta y con unas funciones bien delimitadas. Además, consideramos fundamentales para la mejora del funcionamiento de la convivencia dos cuestiones: la fluidez de la comunicación y la coordinación. Resumiendo, las funciones del departamento son las siguientes:
- Control y publicación diaria a través de la plataforma interna (el Foro) de las conductas contrarias a la convivencia, de las medidas tomadas y de su seguimiento.
- Seguimiento del Aula de convivencia: control del alumnado, información al tutor/a, información al claustro (Foro), seguimiento y coordinación con el departamento de orientación.
- Coordinación de planes y proyectos de convivencia: tutorías compartidas, planes de convivencia (alumnado colaborador, planes Aprendo) grupos de trabajo, proyectos y colaboración con ONGs.
- Selección, formación y seguimiento del Alumnado Ayudante, Ayudantes Digitales y Alumnado Mediador.
- Coordinación con el departamento de orientación, con los tutores de 1º y 2º de ESO, con el responsable de la RAEEP (y jefe de estudios) y con la coordinadora de coeducación.
La jefa del departamento de convivencia tiene una reducción de 3 horas lectivas semanales. Forman parte del departamento, además, las profesoras3 Puri Caro y Mª Paz Sánchez: una de ellas coordina las tutorías compartidas y la otra ha colaborado con la jefa del departamento en la formación del alumnado ayudante durante muchos años.
Desde esta perspectiva, y dentro del desolado y desilusionante paisaje moral que nos rodea, hemos visto necesario plantarnos y plantear un presente algo más justo, coherente, esperanzador y hospitalario.
Siempre ha resultado complicado programar a largo plazo, aún más ahora, en el marco de una cultura cada vez más regida por la creencia en lo inmediato y en los resultados cuantificables, por las nimias ocurrencias de los gurús pedagógicos de turno, por el secuestro tecnocrático de la educación. Pero la apuesta a largo plazo, la única que (desde nuestro punto de vista) produce cambios sustanciales, se constituye en la única hipótesis factible de trabajo con la que bregar cada día.
En el año 2010, con el cambio en la normativa1, se posibilitó la reorganización de los órganos de coordinación docente. Desde hacía varios cursos, en nuestro centro se trabajaba la convivencia desde varias perspectivas (alumnado ayudante, programa de tránsito, tutorías compartidas, actividades complementarias y extraescolares, etc) y proyectábamos la necesidad de crear nuevos mecanismos para su mejora a causa de un aumento considerable de la conflictividad, sobre todo, en los cursos más bajos de la ESO. Como objetivos inmediatos teníamos la creación del aula de convivencia, la formación del alumnado mediador, establecer la Asamblea de representantes del alumnado y desarrollar otras ideas que empezábamos a esbozar.
Además del aumento de problemas disciplinarios y de convivencia, estábamos detectando que, a pesar de los esfuerzos realizados durante muchos años, las tasas de abandono escolar temprano seguían siendo preocupantes (centradas sobre todo en 2º de ESO) y las relaciones entre chicos y chicas continuaban rigiéndose (en muchos casos) por patrones donde el varón tenía un papel predominante (y dominante).
Por otra parte, desde el punto de vista organizativo, el centro no contaba (ni cuenta) con un departamento de orientación estable (la jefatura cambia cada curso) por lo que resultaba necesaria la especialización de una persona que diese continuidad al trabajo realizado, coordinase las distintas actividades y personas, organizase el Aula de convivencia y centralizase la información para transmitírsela al profesorado.
El departamento de convivencia surge, por tanto, de una concepción democrática y participativa de la educación, de una necesidad organizativa2, de una realidad social concreta y con unas funciones bien delimitadas. Además, consideramos fundamentales para la mejora del funcionamiento de la convivencia dos cuestiones: la fluidez de la comunicación y la coordinación. Resumiendo, las funciones del departamento son las siguientes:
- Control y publicación diaria a través de la plataforma interna (el Foro) de las conductas contrarias a la convivencia, de las medidas tomadas y de su seguimiento.
- Seguimiento del Aula de convivencia: control del alumnado, información al tutor/a, información al claustro (Foro), seguimiento y coordinación con el departamento de orientación.
- Coordinación de planes y proyectos de convivencia: tutorías compartidas, planes de convivencia (alumnado colaborador, planes Aprendo) grupos de trabajo, proyectos y colaboración con ONGs.
- Selección, formación y seguimiento del Alumnado Ayudante, Ayudantes Digitales y Alumnado Mediador.
- Coordinación con el departamento de orientación, con los tutores de 1º y 2º de ESO, con el responsable de la RAEEP (y jefe de estudios) y con la coordinadora de coeducación.
La jefa del departamento de convivencia tiene una reducción de 3 horas lectivas semanales. Forman parte del departamento, además, las profesoras3 Puri Caro y Mª Paz Sánchez: una de ellas coordina las tutorías compartidas y la otra ha colaborado con la jefa del departamento en la formación del alumnado ayudante durante muchos años.
Para facilitar el funcionamiento y la coordinación entre los sectores más directamente implicados, la jefa del departamento tiene establecidas en el horario tres reuniones:
1.- La primera, a 2ª hora del lunes, con los tutores y tutoras de 1º y 2º de ESO, el profesor de PT, el orientador y el jefe de estudios. En esta reunión se informa de los problemas de convivencia y se discuten y deciden las medidas que se van a tomar a lo largo de la semana. En esta hora se decide qué alumnado va a participar en los distintos talleres prácticos4 de esa semana.
2.- La segunda, el martes a 3ª hora, es la reunión de departamento. En esta reunión están presentes el orientador y las dos componentes del departamento. En ella se realiza un seguimiento del aula de convivencia, del alumnado más disruptivo, de las tutorías compartidas y de las actividades complementarias y de formación. Además, se analizan las actividades del alumnado ayudante y mediador, y se preparan materiales y guiones para las reuniones que una vez al mes realiza el departamento con ellos.
3.- La tercera, el viernes a 1ª hora, consiste en un desayuno de trabajo con el orientador, con el coordinador de la RAEEP (y jefe de estudios, o sea, yo) y con la coordinadora de coeducación. En ocasiones, es invitado/a algún otro miembro del claustro vinculado a algún plan o proyecto. En esta hora, revisamos y valoramos las actividades realizadas y programamos las que llevaremos a cabo. En la última reunión, por ejemplo, estuvimos programando las actividades de la semana del 25N (teatro, semana musical, yincana), revisamos la estancia de un alumno de 1º de ESO en el aula de convivencia y discutimos sobre lo que se podría hacer con un grupo muy disruptivo de cuatro alumnos de 1º de ESO.
Podemos afirmar que el funcionamiento del departamento, hasta el día de hoy, ha mantenido los planteamientos iniciales; se han hecho más efectivas las actuaciones desde el aula de convivencia (de hecho, el departamento ha reestructurado en profundidad su funcionamiento); se realizan actuaciones coordinadas y ajustadas con coeducación, RAEEP, orientación, el programa de tránsito y el departamento de actividades complementarias y extraescolares. Asimismo, la información al claustro a través del Foro es diaria y muy fluida; se desarrollan los programas destinados al alumnado (ayudantes, mediadores, digitales, colaboradores) y el bloque de los distintos mecanismos funciona de un modo más que aceptable.
Es, posiblemente (junto al DFIE), el departamento más "visible" y activo, y su aportación diaria lo han convertido en una pieza fundamental dentro del funcionamiento diario del centro.
Por otro lado, el trabajo coordinado con coeducación es muy fructífero, materializándose en numerosos proyectos conjuntos, trabajando y cuidando las relaciones de igualdad como parte sustancial del trabajo de convivencia. Esta vinculación se hace efectiva cada día y tiene su expresión digital en el blog5 .
Así mismo, los programas coordinados con las instituciones6 en el programa de absentismo y con los CEIPs adscritos dentro del programa de tránsito se han constituido en dos instrumentos que están cumpliendo perfectamente con los objetivos planteados.
En definitiva, la creación del departamento de convivencia, junto al desarrollo de las nuevas medidas de atención a la diversidad, parecen estar produciendo algunos cambios constatables. Aunque los niveles de disrupción se mantienen más o menos constantes en 1º de ESO, se han reducido considerablemente en 2º7.
Otra de las preocupaciones que dio origen a la creación del departamento, el abandono escolar temprano, ha disminuido significativamente, quedando reducido a algún caso muy esporádico, y buena parte de este éxito es el trabajo coordinado entre el departamento de convivencia y orientación.
Resulta paradójico constatar que, mientras truenan las faltas de respeto de los que deberían ser nuestros valedores, mientras se insiste en la bárbara inestabilidad de la legislación educativa y se impulsan pomposas nimiedades y modas convertidas en paradigmas virtuales, el profesorado no abandona la ilusión de entrar en el aula y hacer bien su trabajo, cada día, en cada centro. El nuestro, por ejemplo.
1.- La primera, a 2ª hora del lunes, con los tutores y tutoras de 1º y 2º de ESO, el profesor de PT, el orientador y el jefe de estudios. En esta reunión se informa de los problemas de convivencia y se discuten y deciden las medidas que se van a tomar a lo largo de la semana. En esta hora se decide qué alumnado va a participar en los distintos talleres prácticos4 de esa semana.
2.- La segunda, el martes a 3ª hora, es la reunión de departamento. En esta reunión están presentes el orientador y las dos componentes del departamento. En ella se realiza un seguimiento del aula de convivencia, del alumnado más disruptivo, de las tutorías compartidas y de las actividades complementarias y de formación. Además, se analizan las actividades del alumnado ayudante y mediador, y se preparan materiales y guiones para las reuniones que una vez al mes realiza el departamento con ellos.
3.- La tercera, el viernes a 1ª hora, consiste en un desayuno de trabajo con el orientador, con el coordinador de la RAEEP (y jefe de estudios, o sea, yo) y con la coordinadora de coeducación. En ocasiones, es invitado/a algún otro miembro del claustro vinculado a algún plan o proyecto. En esta hora, revisamos y valoramos las actividades realizadas y programamos las que llevaremos a cabo. En la última reunión, por ejemplo, estuvimos programando las actividades de la semana del 25N (teatro, semana musical, yincana), revisamos la estancia de un alumno de 1º de ESO en el aula de convivencia y discutimos sobre lo que se podría hacer con un grupo muy disruptivo de cuatro alumnos de 1º de ESO.
Podemos afirmar que el funcionamiento del departamento, hasta el día de hoy, ha mantenido los planteamientos iniciales; se han hecho más efectivas las actuaciones desde el aula de convivencia (de hecho, el departamento ha reestructurado en profundidad su funcionamiento); se realizan actuaciones coordinadas y ajustadas con coeducación, RAEEP, orientación, el programa de tránsito y el departamento de actividades complementarias y extraescolares. Asimismo, la información al claustro a través del Foro es diaria y muy fluida; se desarrollan los programas destinados al alumnado (ayudantes, mediadores, digitales, colaboradores) y el bloque de los distintos mecanismos funciona de un modo más que aceptable.
Es, posiblemente (junto al DFIE), el departamento más "visible" y activo, y su aportación diaria lo han convertido en una pieza fundamental dentro del funcionamiento diario del centro.
Por otro lado, el trabajo coordinado con coeducación es muy fructífero, materializándose en numerosos proyectos conjuntos, trabajando y cuidando las relaciones de igualdad como parte sustancial del trabajo de convivencia. Esta vinculación se hace efectiva cada día y tiene su expresión digital en el blog5 .
Así mismo, los programas coordinados con las instituciones6 en el programa de absentismo y con los CEIPs adscritos dentro del programa de tránsito se han constituido en dos instrumentos que están cumpliendo perfectamente con los objetivos planteados.
En definitiva, la creación del departamento de convivencia, junto al desarrollo de las nuevas medidas de atención a la diversidad, parecen estar produciendo algunos cambios constatables. Aunque los niveles de disrupción se mantienen más o menos constantes en 1º de ESO, se han reducido considerablemente en 2º7.
Otra de las preocupaciones que dio origen a la creación del departamento, el abandono escolar temprano, ha disminuido significativamente, quedando reducido a algún caso muy esporádico, y buena parte de este éxito es el trabajo coordinado entre el departamento de convivencia y orientación.
Resulta paradójico constatar que, mientras truenan las faltas de respeto de los que deberían ser nuestros valedores, mientras se insiste en la bárbara inestabilidad de la legislación educativa y se impulsan pomposas nimiedades y modas convertidas en paradigmas virtuales, el profesorado no abandona la ilusión de entrar en el aula y hacer bien su trabajo, cada día, en cada centro. El nuestro, por ejemplo.
Diego
Iguña Muñoz, jefe de estudios del IES San Juan de Dios
Artículo publicado en la revista digital Andalucía Educativa de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía
1Decreto
327/2010 ROIES. Artículo 23.3: "El proyecto educativo abordará
los criterios pedagógicos para la determinación de los órganos de
coordinación docente... y el horario de dedicación de las personas
responsables... para la realización de sus funciones..." y
artículo 82.2: "El P.E. podrá establecer los criterios...
para el funcionamiento de otros órganos de coordinación
docente..."
2Desde
su creación, la jefa del departamento de convivencia es la
profesora Ximena Prieto, que durante los cursos anteriores ha
formado y coordinado al alumnado ayudante y ha tomado parte en
varios proyectos innovadores dentro del área de la mejora de la
convivencia.
3Las
profesoras Puri Caro (profesora de Religión Católica, con
destino en el centro desde el año 2004 y que ha colaborado con Ximena
en la formación de ayudantes desde 2006) y Mª Paz Sánchez
(profesora de Tecnología, quien este año coordina las tutorías
compartidas) también participan en la organización de todas las actividades de coeducación, de educación para la paz y de convivencia que se realizan en el IES.
5En
Positivo. Coeducación y convivencia en el IES SJdD. Blog de
convivencia, Escuela Espacio de Paz y del Plan de Igualdad entre
hombres y mujeres del IES San Juan de Dios. Actividades,
experiencias y noticias desde un claustro del siglo XVII
6Ayuntamiento,
Servicios Sociales, CEIPs, Policía Local y Diputación.
7A
pesar de que ha habido 5 amonestaciones (sobre un total de 89
alumnos/as) la cifra es ridícula si la comparamos con el primer
trimestre del curso pasado (30 sobre un total de 78 alumnos/as)
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