Si nos preguntaran por una mujer científica que cambiara con sus estudios y sus descubrimientos la investigación y la historia, posiblemente casi todos contestaríamos a la primera el nombre de la primera persona que recibió un Nobel en dos disciplinas diferentes. La primera profesora que dio clases en la Sorbona ante un público repleto no solo de estudiantes, sino expectante y curioso por el cambio que se avecinaba. Todo esto por ser mujer, por ser Marie Curie.
Quizás otro porcentaje respondería con los nombres de Jane Goodall y Rosalind Franklin. La primera es mundialmente conocida por su labor como etóloga e investigadora, siendo la autora de unos de los estudios de campo más extensos sobre animales y libertad, que revolucionó por completo a la comunidad científica y que cambió nuestra forma de ver a los chimpancés.
La segunda, Rosalind Franklin, no tuvo tanta suerte. Descubrió la estructura del ADN y sus trabajos hicieron dar pasos de gigante a los científicos en genética y en virología. El mérito se lo llevaron otros, y todo su trabajo fue pasado por alto por una sola razón: ser mujer.
Entre los amantes del espacio es de sobra conocida, pero… ¿Cuántos de nosotros hemos estudiado y sabemos quién es la primera mujer que viajó al espacio exterior? ¿Y la geóloga que descubrió entre otros, al ictiosaurio e hizo temblar los conocimientos que había sobre la vida prehistórica? ¿Y cuántos sabríamos decir con seguridad quién fue la primera mujer afroamericana de la historia que consiguió una patente médica, inventora también del láser que elimina la enfermedad de las cataratas?
Valentina Tereshkova fue la gaviota que realizó 48 órbitas alrededor de la Tierra.
Aunque fue discriminada por su género y por su clase social, a Mary Anning no le daba ningún miedo escalar cualquier acantilado. Tampoco se atemorizaba con los continuos deslizamientos de tierra con tal de buscar coprolitos, fósiles de peces y esqueletos de dinosaurios.
Y para la oftalmóloga y voluntaria Patricia Bath, la vista es un derecho humano básico.
Aunque no estén todas y falten nombres y sucesos que rememorar, al fin se empieza a reconocer y hablar sobre todas estas mujeres que dedicaron su vida a la investigación, que marcaron un antes y un después en el estudio científico, que lucharon por lo que creían aunque muchos intentaran dejarlas en las sombra y darlas de lado. Un bonito y muy necesario homenaje a estas grandes mujeres que cambiaron la historia y la ciencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario